SUIZA.

LA historia de Suiza es un largo capítulo dedicado a la libertad. En los anales de esta gloriosa nación está escrito cómo los inconquistables montañeses pelearon por su libertad y la conservaron. Fué una lucha ardua, y si no hubiera sido por su tenacidad, la Suiza no sería hoy una república. El caracter de los habitantes de las montañas y el de los que viven en las grandes ciudades son muy diferentes. Estos son ingeniosos mecánicos y serios comerciantes, aquellos son gente de campo alegre y acostumbrada a vivir al aire libre.
    El Monasterio de San Bernardo y los perros que llevan este nombre, tomado de aquella noble institución, son conocidos universalmente. Estos animales, que llevan sujeto al pescuezo un frasquito de aguardiente, y alrededor de su cuerpo una manta de abrigo amarrada con una correa, penetran las furiosas tempestades que reinan en las alturas de las montañas y encuentran a un pobre caminante aterido de frio por la nieve y el mal tiempo, lo reaniman, y si está imposibilitado para seguirlos al lugar seguro del claustro,  piden auxilio para que lo lleven dentro de aquellos muros hospitalarios. La "Edelweiss," que crece solamente en los picos de los Alpes, es una hermosa flor blanca aterciopelada ; es buscada con grande empeño, pero no sin arriesgar la vida o algún miembro.
    Los mantañeses suizos son espléndidos tiradores y su pieza de caza favorita es la gamuza, un antílope parecido a la cabra, que vive en los Alpes.